Cerrando ciclos para avanzar
Ser hijo de Dios implica “salir de un estado, de un anti diseño y retornar al diseño original, nacer de nuevo”, por ende, vivimos procesos intensos y profundos de restauración, transformación, metamorfosis, los cuales nos permiten descubrir, entender y aceptar la verdad del Padre Celestial y ponerla por obra. Mateo 5: 19 “Por tanto, cualquiera que suprima uno solo de estos mandamientos más pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos, pero cualquiera que los practique y enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.” Retornar al diseño original de Dios implica una acción, acción obediente a lo que el Padre nos revela, esto es fe. Creer y obedecer a sus palabras, y la fe legitima la intervención del Padre en nosotros y en la tierra. La revelación del Padre Celestial nos permite ver lo que por si solo no es posible. Él nos revela todo lo oculto que ha sido arraigado por el anti diseño del mundo por medio de la sociedad, la cultura, la educación, las creencias, la distorsión del núcleo familiar, el entretenimiento, etc. Él expone todo lo que es necesario para depurarnos, limpiarnos, purificarnos. Para sacar el heno, la paja, la hojarasca, y que solo quede espacio para su semilla, la palabra de Dios. Todo el anti diseño que hay en nuestro interior, se traduce en emociones, sentimientos, decisiones, acciones, estilo de vida, actitudes, carácter, temperamento, etc. Se refleja y se expone ante el entorno